Tres meses después del terremoto de Ecuador, el número de casos de Zika aumentó a nivel nacional de 92 a 1.106, en especial en las zonas más afectadas.
Según datos oficiales, el 80% de los casos se encuentra en la provincia de Manabí, donde el seísmo del 16 de abril causó más destrucción. Desde el terremoto, la proliferación de aguas estancadas y la concentración de población damnificada aumentaron el riesgo de trasmisión por vectores.
La población más afectada por este virus son las mujeres de entre 15 y 49 años, con 509 casos en Manabí.
El país todavía no registra nacimientos de niños con microcefalia relacionados al Zika, pero ya existen 73 casos confirmados de mujeres embarazadas con el virus.
"Necesitamos intensificar las intervenciones de prevención del Ziza para reducir su trasmisión e impacto en los niños y sus familias", dijo Grant Leaity, representante de UNICEF en Ecuador.
UNICEF está apoyando al Ministerio de Salud Pública con una campaña de sensibilización y, en acuerdo con el Ministerio de Educación, está produciendo material didáctico sobre prevención del Zika para profesores y alumnos. A su vez, contribuirá con toldos impregnados, kits de uso personal y suministros para la limpieza de tanques bajos para las familias de las zonas más vulnerables.
En las zonas afectadas por el terremoto, UNICEF ha dado apoyo proporcionando espacios educativos temporales para más de 12.000 niños, y se han entregado 590 kits de material escolar Escuela en una maleta a docentes para alcanzar a 23.600 estudiantes.
UNICEF y sus aliados humanitarios han abastecido a alrededor de 250.000 personas con agua potable, saneamiento y promoción de higiene. Han provisto también de 350.000 tabletas de Zinc a 12.500 niños menores de 5 años, micronutrientes en polvo para más de 80.000 y más de 250.000 dosis de vitamina A, con el fin de prevenir la malnutrición y los problemas de salud que conlleva. Más de 20.000 niños han recibido atención psicosocial con la metodología Retorno a la Alegría.